¿Qué hacer si tu mascota tiene miedo de la pirotecnia?

Llega la última noche del año y con ella la mayor pesadilla para muchas mascotas y sus amos. La temida pirotecnia provoca terror en muchos de nuestros animales domésticos.

Desde hace cientos de años, los humanos utilizamos fuegos artificiales para celebrar y conmemorar fechas importantes. La magia de la pirotecnia nos encandila desde niños y no hay feria que no cierre con su característica explosión de luz y color.

En Fin de Año esto se multiplica y durante un par de horas las ciudades y los pueblos parecen envueltos en una festiva guerra, compitiendo por ver quién hace más ruido.

Al convivir con nosotros desde cachorros, muchos animales están insensibilizados al estruendo propio de los fuegos artificiales, aunque para muchos otros estas fiestas se convierten durante una noche en una auténtica pesadilla.

El caos producido por la pirotecnica puede provocar en nuestros animales domésticos taquicardias, temblores, jadeos intensos e incluso la pérdida de control del esfínter. Estos efectos son especialmente visibles en perros, pero también afectan a gatos y aves.

Regañarles no servirá de nada, acariciarles tampoco. Entonces, ¿qué hacer si tu mascota tiene miedo de los fuegos artificiales?

La noche de Fin de Año es en la que se producen más desapariciones de animales domésticos. Asustados por el ruido, los pobres huyen despavoridos en busca de refugio… Y no siempre regresan.

Las consecuencias de no prever la reacción de nuestra mascota en un día como este van más allá de pasar una mala noche. Un animal que corre despavorido y desorientado puede dañarse a sí mismo sin querer e incluso provocar accidentes de carretera.

Los perros son uno de los animales domésticos a los que más afecta la pirotecnia. Los ruidos fuertes pueden provocar ansiedad en el animal y hacer que huyan.

Eso sí, no olvides que se trata de una especies más adaptables. Ese cojín de pelos que tienes en casa puede hacer cosas increíbles con el entrenamiento apropiado. ¡No le subestimes!

pirotecnia

¿QUÉ HACER SI TU MASCOTA TIENE MIEDO A LOS FUEGOS ARTIFICIALES?

El primer paso es, como siempre, preventivo.

Nuestras mascotas son más fuertes y más listas de lo que muchas veces queremos creer. Un buen trabajo de adiestramiento puede solucionar nuestro problema si le dedicamos el tiempo y la constancia necesarios.

Los “ejercicios de desensibilización” para perros son laboriosos, pero no debes olvidar que estás invirtiendo en bienestar para tu mascota y en tranquilidad para ti.

La técnica más utilizada consiste en repetir el estímulo a baja intensidad. Por ejemplo, si como es este caso tu perro tiene miedo a los ruidos fuertes, reproduce un audio del sonido (truenos, fuegos artificiales) en un volumen en el que no produzca reacción en él. Prémiale cuando esté relajado y en calma.

Poco a poco, en las siguientes sesiones de trabajo, ve subiendo la voz de la pista de audio. Detente siempre antes de que llegue a producirle ansiedad y repite con el mismo volumen mientras sea necesario.

Realiza las sesiones antes de darle de comer, de sacarlo a pasear o de la hora del juego. Esto reforzará la asociación del estímulo (el ruido) con una recompensa positiva. Para que este entrenamiento sea efectivo, se recomienda trabajar durante tres o cuatro meses antes de la fecha.

Recuerda que tú, su amo, debes estar siempre tranquilo y relajado. Tu lenguaje corporal será clave para la reacción de tu mascota.

El día de la celebración, intenta en la medida de lo posible cansar a tu perro con un buen paseo y mucho ejercicio. Esto no evitará que se ponga nervioso si no ha sido adiestrado, pero sí hará que esté un poco más relajado. ¡No te olvides la correa! Un petardo a destiempo podría hacerle huir.

Durante el espectáculo de fuegos artificiales, procura mantener la calma. Tu atención es una droga para ellos. Si estás pendiente de él, le acaricias y le hablas mientras está asustado entenderá que lo que hace es bueno y reforzarás su comportamiento. ¡No queremos eso! No vas a calmarle con una caricia, pero sí puedes ayudarle transmitiéndole con tus gestos y tu actitud normalidad.

Al fin y al cabo, él no sabe lo que pasa pero tú, su líder de la manada, sí. Y sabes que los fuegos artificiales no son dañinos. Comunícaselo en el idioma que ellos entienden: la postura corporal y la energía.

Si a pesar de todo el trabajo previo, tu mascota sigue temblando y jadeando, búscale un lugar cerrado donde mantenerlo a salvo mientras duren los fuegos artificiales. Esto sirve tanto para perros como para gatos o aves. Hay quien recomienda bajar las persianas y correr las cortinas para minimizar el efecto del ruido.

Procura que en la habitación donde lo guardes no haya objetos peligrosos que pueda tirar y romper con los nervios. Por lo general, si no pueden huir buscarán acurrucarse debajo o dentro de algún mueble y esperar a que pase.

Evita dejarlo atado con correa o, si tienes que hacerlo, ten cuidado de que no existan desniveles de terreno cercanos. Si intenta huir a pesar de estar atado es posible que caiga por un desnivel con terribles consecuencias para el animal.

Tu veterinario de confianza puede recetarte algún medicamento sedante que ayude a calmar a tu mascota. Este tipo de medicamentos no los duerme pero los relaja y evita que el duro trance de ansiedad al que se ven sometidos. Recuerda que no es recomendable automedicar a nuestras mascotas por los riesgos que entraña.

La medicación sólo funcionará si se la administramos antes de que entre en estado de agitación. Es necesario que el animal esté calmado y sereno para que el sedante o el relajante muscular surtan efecto por lo que hay que estar atentos y administrárselo en el  momento propicio.

Existen métodos alternativos que no requieren receta, como las terapias a base de productos naturales. Las flores de bach son cada vez un remedio más utilizado por sus propiedades naturales y sus efectos positivos sobre la relajación.

Como medida de precaución, asegúrate de que tu mascota está perfectamente identificada. La mejor y más fiable forma de identificación animal hoy en día es la colocación de un microchip que puede leerse en cualquier consulta veterinaria. Así, siempre podrá encontrar un camino de vuelta a casa.

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