¿Nos quieren de verdad nuestros perros?
Es la eterna duda y el debate sin fin entre amantes de los animales y escépticos. ¿Realmente nos quieren nuestras mascotas o sólo nos ven como un dispensador de comida y protección al que tener contento?
En medio de la duda, las pasadas fiestas saltó la noticia del reencuentro tras cinco años separados entre un perro labrador y su familia humana. The Humane Society of the United States llevó a cabo el rescate de más 166 perros y gatos en el condado de Adams, Ohio. Entre ellos se encontraba Chuckie, un labrador marrón chocolate, que tenía microchip.
Gracias a su correcta identificación, the Humane Society pudo contactar con su familia y grabó el reencuentro. El vídeo es viral y cuenta ya con un millón de reproducciones.
La alegría de Chuckie al reunirse con su familia es visible. Su emotiva historia es una más entre los cientos de casos que todos hemos oído de perros nobles y fieles.
Quién no recuerda a Hachiko, el akita japonés que murió esperando a su amo, el profesor Eisaburō Ueno, o ya más cerca el caso de Canelo, en Cádiz, que siguió a su amo hasta el hospital Puerta del Mar de donde nunca más salió y permaneció esperándole el resto de su vida perruna.
Desde hace más de 30.000 años, perros y humanos continúan encontrándose y creando lazos de amistad que sobrepasan tiempo y espacio.
¿Pero hasta qué punto lo que siente nuestro perro por nosotros es afecto real? ¿No podría ser su natural instinto de supervivencia romantizado hasta la nausea por los humanos?
Por la forma en que nos reciben cuando llegamos a casa, por cómo nos siguen a todas partes, por cómo nos miran y cómo se tranquilizan cuando estamos con ellos, cabría pensar que sí, pero… ¿Qué dice la ciencia al respecto?
En las últimas décadas se han hecho varios estudios para comprobar qué hay de verdad y qué de mito en la relación perro-humano y gracias a ellos hoy podemos comprender un poco mejor lo que pasa por la cabeza y el corazón de nuestros amigos peludos.
Las noticias son buenas para los amantes de los perros: los resultados demuestran que nuestros perros nos quieren y nos consideran parte de su familia. Es más, parece comprobado que los perros confían más en los humanos que en los demás perros en su búsqueda de afecto y protección.
Estas afirmaciones se basan en los resultados de un estudio realizado por científicos de la universidad de Emory que se adentró en las profundidades de la mente canina usando técnicas de neuroimagen.
Los científicos y sus ayudantes adiestraron a un grupo de canes para que permanecieran quietos dentro de una máquina de resonancia magnética y utilizaron la resonancia magnética funcional para medir la respuesta neuronal a diferentes estímulos olfativos, tanto de humanos como de otros perros.
El olfato es el sentido más importante para los perros, el que les ayuda a comprender y dar forma al mundo, por lo que el modo en que su cerebro procesa los diversos olores ofrece mucha información sobre cómo funcionan.
El estudio demostró que el olor de sus dueños activaba el centro de recompensas del cerebro. De todos los olores a los que eran expuestos, los perros priorizaban el de los humanos sobre cualquier otro.
Si una especie que se comunica con el mundo mediante el olfato da prioridad a nuestro olor sobre el de otros compañeros de su misma especie, parece un buen indicador de la importancia real que tenemos sobre sus vidas.
Por si fuera poco, esta investigación refuerza la interpretación de otra similar que se realizó en la universidad Eotvos Loran de Budapuest pero con sonidos en lugar de olores.
La prueba incluyó sonidos humanos y caninos, desde voces hasta ladridos pasando por toda una gama de gruñidos y suspiros de ambas especies. Aquí el gran descubrimiento fue que la forma de interpretar los voces queridas entre ambas especies es similar, por lo que se posibilita el establecimiento de fuertes sistemas de comunicación canino-humanos.
Poco a poco, gracias a la ciencia, vamos avanzando en la comprensión de la naturaleza de las relaciones entre los animales y los humanos, aunque no siempre con resultados tan positivos.
Investigadores de la Universidad de Lincoln concluyeron que los gatos, a diferencia de los perros, no necesitan a los humanos para sentirse protegidos, prefiriendo cuidarse a sí mismos y sin mostrar signos de ansiedad por separación en ausencia de sus dueños.
No obstante, esto es en realidad un halago para los amantes de los gatos: su gato no le necesita, pero le prefiere.
Yo he visto en una protectora en la que estaba de voluntaria, gatos morirse de pena por ser abandonados despues de llevar toda la vida con sus dueños. Cuando digo morirse de pena lo digo de verdad, uno de ellos llego a fallecer pq se nego a comer, siempre estaba triste y decaido hasta que su organismo se colapso y fallo. Así que no creo que los gatos no sean capaces de tener sentimientos hacia sus dueños.
Creo que todos los que hemos tratado mucho con animales hemos podido ver mucho más que la gente que sólo los ve de fuera. Tienen sus propios sentimientos y su forma de entender la vida, aunque no puedan expresarse con palabras. Impresionante lo que cuentas de los gatos, que encima los pobres siempre tienen fama de ser más despegados.
Yo no tengo ninguna duda de que nuestros animales nos quieren sin condición , ellos no miran lo que tienes, no les importa si le das pienso del más caro o un simple pan porque no puedes comprar nada más, la pena es que tienen tanto amor y confianza por las personas que estamos con ellos que luego algún animal y me refiero a los humanos abusan de esa confianza y amor y los tratan mal. Yo tengo unos cuantos perros y gatos y estoy segura que cuando trabajamos están todo el rato esperando un movimiento en la puerta solo hay que ver la reacción cuando llegamos y el resto del día cuando lo pasamos con ellos.
Nosotros tampoco tenemos ninguna duda, aunque nos gusta ver que la ciencia nos da la razón. ¡Somos un único ecosistema y tenemos que cuidarnos los unos a los otros!