Requisitos morales para acoger un perro

Tener un perro, además de unos requisitos legales, implica un compromiso moral por parte del dueño. No todo el mundo es capaz de hacerse cargo de una mascota y no podemos olvidar que no se trata de un juguete. Es un animal que siente y padece, y necesita de ciertos cuidados. Por tanto, antes de adoptar un perro, es necesario que uno se plantee si podrá responsabilizarse de él durante muchos años.

Compromiso moral

Lo primero es preguntarse por qué quieres tener un perro. Si la respuesta no está claramente definida, uno debería replantearse la idea. Tener una mascota implica proporcionarle recursos materiales, dedicarle parte de nuestro tiempo y estar abierto a dar y recibir afecto.

Hoy en día, la aceleración y la inmediatez forman parte de nuestra rutina diaria, pero tener un animal de compañía exige disponer de paciencia y ganas para educarlo y convertirlo en un animal disciplinado.

Requisitos materiales

Al hacernos cargo de un animal de compañía, tenemos que ser conscientes de que este tiene necesidades y sus dueños son los responsables de cubrirlas.

Compromiso moral
Un perro necesita su espacio personal

Por un lado, adoptar un cachorro no supone coste alguno, al contrario que la compra de uno. Sin embargo, a partir de ahí, el mantenimiento y cuidado del animal es el mismo en ambos casos.

La vacunación, la alimentación, los productos higiénicos, los juguetes y los posibles imprevistos conllevan gastos que el dueño tendrá que sufragar mensualmente en el caso de que decida hacerse cargo del animal.

Por otro lado, el perro necesitará de un espacio para dormir y comer. Este variará en función de la raza y el tamaño del can. Son zonas que requerirán de una limpieza  y mantenimiento adecuados. Asimismo, sea un perro activo o más tranquilo, necesitará moverse y jugar. Esto supone, a su vez, que este puede romper, morder o estropear objetos y mobiliario.

Pasos a tener en consideración previamente

En primer lugar, antes de adquirir un perro es fundamental que la persona examine sus circunstancias y las condiciones en las que vivirá el animal. Hay que valorar una serie de factores que condicionarán su crecimiento y el día a día.

Es importante dedicar tiempo para investigar sobre las características y carácter de las diferentes razas. Que el futuro dueño elija un can acorde a su personalidad y modo de vida facilitará la convivencia entre ambos. La persona que esté pensando en acoger un can tiene que tener en cuenta si habrá niños. En este caso, por su seguridad, es recomendable evitar perros potencialmente peligrosos. Del mismo modo, debe considerar cómo será la relación con los vecinos.

Por otro lado, los perros esquimales, por ejemplo, lo pasarían mal en un clima cálido. O si se trata de un perro muy energético que necesite ejercicio continuamente, precisará de un dueño dispuesto a dedicarle tiempo para ello.

Asimismo, es importante ver si querremos tener un macho o una hembra. Aunque las hembras suelen ser más dóciles y tranquilas, hay que considerar que tienen épocas de celo en las que los machos se le acercarán. Por tanto, requerirá que se le preste más atención durante ese periodo. En cuanto a los machos, son muy propensos a defender su espacio, sobre todo para marcar quién es el más fuerte, lo que puede llevar a enfrentamientos con otros perros.

El mejor momento para acoger

Compromiso moral
Si no puedes llevarte a tu mascota, decide bien quién cuidará de ella

Un dato a tener en cuenta es que es fundamental que se acoja al perro entre los dos meses de vida, cuando abandone la lactancia, y los cuatro, antes de que desarrolle su personalidad y cree lazos con las personas con las que se encuentra. Esto último es fundamental para fortalecer las conexiones con sus futuros dueños.

Aunque esto no implica directamente que si se adopta a un can adulto no vaya a tener afecto a su cuidador, sí puede sentirse como un miembro nuevo en la familia que no ha nacido entre ellos.

Una mascota necesita atención

El cuidador tendrá que dedicar parte de su tiempo en educar al animal. Enseñarle órdenes y que tenga un comportamiento adecuado tanto dentro como fuera del hogar es la base de todo adiestramiento. Pero también su relación con otros canes depende de ello. El dueño tiene la obligación de proporcionarle los cuidados necesarios en caso de que tenga alguna dolencia o patología. Es importante desempeñar estas labores desde la tolerancia y la comprensión que toda persona debería de transmitir a su mascota.

Un perro es un animal activo y necesitará liberar su energía jugando, dando paseos o saliendo a correr. No puede quedarse siempre en casa porque hará que el can esté inquieto, triste o sufra depresión.

Es importante que el dueño dedique tiempo periódicamente para socializar a su mascota. Paulatinamente debe de ir dándole la oportunidad de que conozca más personas y lugares, además de que viva diferentes experiencias. De esta forma, las diversas situaciones irán normalizándose en la mente del animal y dejará de tenerles miedo. Sin embargo, este proceso debe ser gradual, no realizado drásticamente.

A la hora de adiestrarlo, se debe reforzar el comportamiento positivo y evitar los castigos y los gritos. Si es necesario reprender a la mascota por mala conducta, el castigo no debe ser mayor a tres minutos y siempre evitando los malos tratos.

No podemos olvidar que hay que tener previsto dónde y con quién se va a quedar el perro en caso de que tengamos que ausentarnos durante un periodo y no podamos llevárnoslo con nosotros. También puede que nos enfermemos y no estemos en condiciones de darle toda la atención que necesita. No olvidemos que el cuidado de la mascota no dispone de pausas.

Pero además…

Compromiso moral
Educar a nuestros perros garantizará que tengan un comportamiento adecuado

Tener un perro supone ciertos deberes cívicos para su cuidador. Estos solo se cumplirán si hay un verdadero compromiso moral. Por ejemplo, dejar libre al can solo en zonas permitidas es uno de ellos. Porque aunque haya personas a las que no les importa, también hay quienes les tienen miedo, sobre todo si son perros grandes.

Recoger los excrementos del animal es otra de las responsabilidades que tiene su dueño.

Por otro lado, no hay que dejar de lado las obligaciones legales. El perro deberá portar un microchip con sus datos y los de su dueño y tener una cartilla sanitaria.

Todo esto se resume en tener verdaderas ganas de hacerse cargo de un perro y darle amor y cariño. Porque de lo contrario todas estas responsabilidades se convertirán en obligaciones forzadas. Hay muchos dueños que se cansan o no disponen de recursos para cuidar de su mascota. Por tanto, optan por abandonarlos. Sin embargo, el abandono nunca es una opción.

¡Si crees que cumples estos requisitos, estás listo para hacerte cargo del mejor amigo del hombre!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.